La Salud Mental Integrativa reivindica la necesidad de acoger, escuchar y acompañar el sufrimiento de las personas más allá del diagnóstico, reconociendo y teniendo en cuenta los factores biopsicosociales y las características individuales de cada sujeto, así como su entorno y su contexto. Es un abordaje centrado en el empoderamiento de la persona para comprender, aceptar y aprender a gestionar su propia experiencia.
Desde este enfoque se consigue tener una visión global del paciente y una batería mucho mayor de herramientas terapéuticas para ofrecerle, consiguiendo fomentar un uso más racional de los psicofármacos.
La psiquiatría integrativa va dirigida a la mejora de la salud mental en personas sin psicopatología hasta el tratamiento integral de las enfermedades mentales graves.